Leo el periódico y leo lo mismo que ayer. Los días cse repiten uno igual a otro. Aquellos dioses que nombrava el otro día están de vacaciones perpétuas. Han dejado su partida de ajedrez abandonada, y las piezas están desperdigadas por el tablero sin saber que hacer.
Solo algunos se mueven por unos intereses incomprensibles para la mayoría. El dinero y el poder son los únicos valores que mueven el mundo. Necesitamos un Espartaco que nos guie, aunque para ello haya que hacer una escabechina.
No es la primera vez que lo digo. Hace falta una revolución, ¡Que paren el mundo, que me quiero bajar!
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