El placer de la novela precisamente consiste en averiguar, si es posible antes del final, quien es el asesino. Tener la satisfaccción de decir cuando se descubre: "Ya lo sabía". Eso si, que tampoco te lo pongan demasiado facil, porque entonces te quita el interés.
También me gusta que me sorprendan, pero sin trucos, que todo esté bien razonado. Agatha Christié, maestra del enigma policiaco, sabía muy bien como construir las tramas. Puede que a veces parecíera repetirse, pero solo era otro efecto óptico. Puedo presumir de haber leido sus 79 obras y ninguna era igual a la otra. eso si, tenía unas reglas básicas:
- Al contrario del tópico, el asesino nunca era el mayordomo.
- Aún siendo de ideas conservadoras, el novio de la hija de la victima, que solía tener ideas socialistas, no era el asesino
- El asesino solía ser el personaje más respetado por la pequeña sociedad donde transcurre la acción.
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