Entre el relato de aventuras y el de terror, esta novela mantiene la atención del lector, y poco a poco, le introduce en un mundo entre lo real y lo irreal, donde el terror externo oculta el terror más importante. Ese que nace de nosotros mismos, el miedo a no conocernos, a no controlar nuestros actos ni nuestros pensamientos.
Una novela que, después de leerla, no puedes llegar a la conclusión de si no has entendido nada, o por el contrario, la has comprendido demasiado bien.
La brutalidad, el salvajismo, son los auténticos enemigos, y nosotros los auténticos monstruos.
Un relato ágil y de fácil lectura, a veces puede parecer monótono, por lo repetitivo de la acción, nos lleva casi sin darnos cuenta a un final esperado, pero no por ello menos sorprendente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario