miércoles, 16 de octubre de 2013

DISPARA, YO YA ESTOY MUERTO de JULIA NAVARRO

 Romanos y cartagineses, moros y cristianos, blancos y negros, indios y vaqueros, nordistas y sudistas, azules y rojo, americanos y rusos, hutus y tutsis, arabes y judios. La historia de la humanidad es un contínuo enfrantamiento entre unos y otros. Las opiniones, costumbres, religión o raza, son sol escusas para buscar bronca. ¿Es imposible encontrar un mundo en paz y tolerancia?

En su última novela Julia Navarro nos cuenta la historia de dos familias, una judia (los Zucker) y otra arabe (los Zihad) que intentan convivir como amigos en los territorio palestinos durante tres generaciones. Compartiendo el espacio de una pequeña granja.

La amistad entre los Zihad y los intregantes de la Huerta de la Esperanza, pequeña comuna de inmigrantes ruso-judíos se enturbia, poco a poco por las decisiones politicas tomadas por dirigentes que solo miran intereses particulares y no los generales. Cada uno de los habitantes de la granja va tomando partido, al principio, sin olvidar los lazos que los unen, hasta que todo se desmorona.

La caida del imperio otomano, las dos guerras mundiales, la creación del estado israelí, constituyen el telón de  fondo de esta saga familiar con sorpresa final que no quiere inclinarse por ninguno de los dos lados intentando ser imparcial, no consigue explicar bien las razones de los dos bandos.

 

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