Si hay un personaje arquetípico de la novela negra, no es el del detective o el gangster, sino el de la mujer fatal. Ella es la mayoría de las veces la que desencadena la trama. La que, en un segundo plano, maneja los hilos que mueven al supuesto protagonista.
James Hadley Chase retrató en su novela Eva a un personaje en el que podemos encontrar todas las características de la mujer fatal: Fría, calculadora, con un atractivo para los hombres que les lleva a la perdición.
Un escritor sin talento cae en las garras de Eva Marlow, una prostituta que lo trata con desdén. Por ella pierde la cabeza, y por ella abandonara su carrera, perderá su fortuna, y a su prometida Clara.
Ambientada en Los Ángeles y en el Hollywood de los años 1940, podría haber sido llevada al cine e interpetada por alguna de las grandes "femme fatale" de la época, como: Mary Astor, Rita Haywood, Verónika Lake, Barbara Stanwyck, Lana Turner, Virginia Mayo, Hedy Lamarr, Joan Crawford, Joan Bennett, Gene Tierney, Ava Gardner o la recientemente fallecida Lauren Bacall, Todas ellas mujeres de armas tomar.
Pero el argumento era demasiado sórdido para la época del Código Hays, y tuvo que ser Joseph Losey en su época de destierro Hollywodiense quien llevara esta historia a la pantalla en 1962 cambiando el escenario de Los Ángeles a Venecia, y dando el protagonismo a Jean Moureau.
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