Láura Díaz, testigo y protagonista de la historia de México del siglo XX. Así lo ha querido el escritor Carlos Fuentes en su novela Los Años de Laura Díaz, escrita en forma de saga familiar, y escogiendo momentos precisos en la vida de esta mujer que sabe encontrar su libertad en un mundo de apariencias y costumbres arcaicas.
Primero rodeada de su familia materna, compuesta por sus abuelos y sus tías que poco a poco van envejeciendo dentro de una rutina que deshace sus sueños. Más tarde, viviendo sus primeros anhelos de la adolescencia junto a su hermanastro, del que hará un ídolo después de una muerte por motivos políticos. Su primer baile y su primer amante. A partir de aquí se comprende fácilmente que los amores de Laura, tienen más de admiración y ensueño por la figura pública que representan sus distintos amantes, que de amor romántico, Todo ello manteniendo la adoración a Santiago, su hermanastro muerto, que extiende a su hijo y su nieto del mismo nombre. Así, poco a poco va pasando su vida.
Una vida que se entrelaza con los acontecimientos históricos de su país: la revolución de los campesinos, encabezada por Pancho Villa y Emiliano Zapata, la presidencia de Porfirio Díaz, la ayuda del gobierno de Lázaro Cárdenas a los exiliados españoles de la guerra civil, la ascensión del PRI, llegando al momento crucial de la matanza de manifestantes en la plaza de la Tres Culturas en 1968.
En este apartado, merece mención especial la relación de la protagonista con el matrimonio formado por los artistas Diego Rivera y Frida Kahrlo, en una muestra de como fundir la realidad con la ficción.
A modo de conclusión, se puede ver como todas las vivencias y todas las personas que han pasado por su vida, todas las alegrías y todas las tristezas, es, en definitiva, lo que forma la personalidad de Laura Díaz, un modelo que puede representar a cualquier ser humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario